miércoles, septiembre 27, 2006

Delirium Tremens 3

"Telarañas en la ropa, tigres en el balcón, alacranes en la boca, miedo en el corazón. Maldito seas, Satanás, quítate el antifaz, en ese espejo no cabemos los dos. " Fito paez.

El techo pasa rápidamente. Tubo de luz. Techo. Tubo de luz. Techo. Tubo de luz. Puerta. Escorpión. Techo. Alacranes.
Miles de alacranes. En el techo primero. Pero gradualmente bajan por las blancas paredes. Están demasiado cerca. Nadie hace caso a mis suplicas.
Esas altivas figuras de blanco se arremolinan alrededor de mi camilla. Todo pasa muy rápido a mis costados. Un recodo en el pasillo, un giro brusco y otra puerta.
Una fuerte luz.
-¿Por que me dejan es esta sala? Quitenlos!!!!!!!!!!!!-
Nadie me hace caso, unos cintos restringen el movimiento de mis brazos y piernas. Escucho lo que hablan los médicos, pero ellos no me escuchan. Ahora las horribles bestias ponzoñosas están sobre mi. Me pican con inclemencia. El dolor es insoportable.
- ¿que tenemos doctora?
- Condición de emergencia. Cuadro avanzado de Delirium Tremens.-
- Tratamiento intravenoso sintomático. Quiero 10 de diazepam. Tratamiento con litio. –
- Parece deshidratado-
- Pónganle suero. Y quiero tratamiento urgente con talidomida
- Pero doctora....
- Haga lo que digo.
- Es que está prohibid....
- No creo que el señor esté embarazado. Haga lo que digo.

Están hablando de mi, ya lo sé. Estoy tan exhausto. Las luces están demasiado fuertes. Todo es demasiado blanco. Escucho aún el eco del jamas.
Me encontrará. Seguramente. No se puede escapar de ella. El aleteo se escucha a lo lejos y todo lo demás hace silencio. La sala se oscurece y los médicos se van. Sigo atado, pero ya no tiemblo. Un fúnebre aire recorre el extraño pabellón. Y la brisa macabra trae consigo a la terrible pesadilla real de los mas oscuros territorios de mis terrores. La fausta y altiva ave se posa en un rincón y recita los cantos que tanto horror provocan a mi herida alma.
Los alacranes siguen con su terrible trabajo. Desaparecen por momentos, pero sólo se tornan invisibles. Puedo sentir como su veneno ardiente sigue penetrando a través de las miles de picaduras.
Serpientes ahora se agregan al festín. Y arácnidos de toda clase. Todos me inoculan su veneno.
Y la ponzoña peor, que es Su recuerdo, corre por mis venas, y el dolor se hace insostenible. Los huesos crujen bajo mi piel. El temblor de nuevo.
El ave aletea en su lugar y recita de nuevo las terribles palabras que estrujan mi pecho herido.
Los insectos y arácnidos que se posan sobre mi ser siguen picando con saña,. Y se les agregan ahora terribles anélidos. Fétidos gusanos que roen mi carne, y puedo sentir como el tejido maloliente y putrefacto se desprende de mi.
Espacio y tiempo me abandonan y me siento preparado para morar ya definitivamente en el arcano territorio de las ánimas perdidas.
El agudo y enloquecedor sonido es cada vez de mayor frecuencia, mientras que mi corazón disminuye la suya.
La oscura parca esta ya muy cerca. Esas figuras blancas entran corriendo y se abalanzan sobre mí. Se mueven alterados. Clavan en mi carne largas agujas, y me proveen de inútiles elixires.
El dolor intenso y la oscuridad. No puedo seguir con los ojos abiertos, viendo tan terrible espectáculo de demonios.
- código azul-
- fibrilación ventricular-
-despejen-
el dolor intenso, una fugaz blancura se apodero de mi vista por efímeros instantes.
-200 joules, despejen -
El cielo azul, y la descarga terrible que me devuelve a la blanca sala.
- ya basta, se fue -.
- 00:15 hs -
no!, puedo volver, no me dejen. La desesperación. Me abandonan la carne y el aire. Y el reloj y el lugar. Las negras figuras y el corso de demonios se me acercan y me despedazan. Arañan, muerden. Esqueléticas manos me sujetan con violencia de los tobillos. Me arrastran hacia el pozo. Las penumbras reinan. Una fúnebre luz blanca y mortecina en el rincón. Un cuervo bajo esa luz que recita los terribles versos de mi tormento.
El rigor de unas cadenas ardientes que me sujetan las muñecas y el eterno tormento.
Por siempre en ese lugar, frente a esa negra ave que recitara sin tregua los cánticos torturantes de lo que nunca fue, evocando en mi triste memoria los perfumes mas bellos, y los días mas claros.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bello, terrible y bello, hasta elegante diría, pero no, elegante no mas bien terriblemente bello

27/9/06 23:11  

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