martes, abril 17, 2007

Narciso Narcosis

Cogemos, nos vamos y volvemos. Te vas, entras, haces que las sombras nos hablen. Pero siempre volvemos, tal vez en forma de sombras también, a ese lugar muerto de pie, a ese cementerio club, construido sobre ciudades con olor a cebolla de metal.
-¿Cogemos?- siempre tenés los puños llenos de verdades, con las que me dejas los tímpanos llenos de calaveras histéricas.
- ¿¡Acá!?-
O allá. Como siempre. El antro esta vació, infectado por una bruma azul producto de la transfiguración del tabaco en gas venenoso. Se trazan los caracoles humeantes en el aire viciado. Me mirás y preguntas de nuevo. El Whisky, el hambre, el frió, las prohibiciones, el dinero, todo desaparece poco a poco entre copas y preguntas pelotudas.
Pero siempre volvemos aquí, a escuchar los mismos acordes a través del aire viciado de tabaco y tristeza, desde y hasta la medianoche.
Caigo en espirales infinitos, entre el licor del olvido y el blues del adiós.
Poco a poco el viento comienza a soplar entre mis dedos. Las botellas se van acumulando y esa mierda que suena en el ambiente me va perturbando rápidamente. Me atacan alacranes y serpientes que salen de tus manos.
- ¿cogemos?-
Cuando comprenderás que ya estas ahí!!! Tan ahogada en licor como siempre
No te das cuenta de que el mal me invade. No ves en mis ojos la sombra del demonio. De cualquier manera, ya te había pagado, el tiempo ya había pasado… nada te impedía irte. Debo estar dormido. El antro esta vacío. La música desaparece poco a poco. ¿Por qué te quedas?, ¿no ves que ya todos se han ido?
Cada vez que veo hacia fuera, vos morís y siento que mi espalda cambia de forma.
Dejo de ser gusano. Comienza una metamorfosis de tremendo delirio, mientras poco a poco es mi diafragma cambiado por tubos de hojalata.
Entonces obtuve mis alas y nunca lo supe.
Cuando era gusano pensaba que no podría lograrlo.
Ahora podrás quemarme como a una polilla en un reflector. Transfórmame. Ya esta hecho. La luna ahora eclipsara al sol. Ya puedo desplegar mis alas. Finos bordes de acero y motivos dorados que miran con falsos ojos de espejo.
¡Oh no! Todo lo que dijeron se cumplió,
¡Oh no! yo soy todo lo que dijeron que era.
Miras mis alas y te transformas. Pero quedas trunca en el proceso, nunca pensaste que podrías lograrlo. Vienes hacia mí como un juguete inválido, quemado y podrido. No te rasques las costras, o jamás sanarán.
Cae rodando un niño por las escaleras del Delirium Tremens.
Llueve y te transformas en barro pestilente.
Ahora debo buscar una flor de cobre. Debo beber de su veneno. Te transformaste en tu anhelado infierno, tiraste tus deseos al meadero.
Coártala y vuelve a crecer. Yo soy la Hidra, ahora veras mi estrella.
Me poso sobre ti, terrible, Bestia Trunca por tu falta de deseos.
Mis alas ya están por secarse y pronto deberé abandonarte para ir en busca de mi cobre. Si te quedas quieta serás estatua de Sal.
La transfiguración del gusano. La transfiguración de la serpiente fallida. Y nos une este pequeño amor envuelto en aluminio, que pronto también nos separará, con una fina pared de cristal de plomo. Todo estaba por concluir y quería otra pequeña gota debajo de mi lengua. Mis alas ya están secas, y las rosas caen por doquier y se transforman en caimanes. Tus protoalas se desprenden y se caen. Se transforman en alacranes. Una Criptorquidea entre mis manos se torna en serpiente y me regala su veneno de visiones.
Oye, has visto mi estrella, ya casi eclipsa a la luna. Has visto mi estrella de sal?
Oye Estrella enferma: quiero enfermarme de ti
Oye Estrella caída: ¿No sabes que te adoro?
Oye Estrella Porno: yo te deseo.
Dame otra gota de veneno. La serpiente calla y se torna Criptorquidea.
Vamos hacia el altar, Bestia Trunca, junto con la Puta y la Monja.
Profanamos el templo en sacrilegios y fornicas sobre El Señor.
Estamos contra El Muro.
-¿cogemos?-
No hoy. No aquí. Debo volar hacia el rió de estaño, y no puedes venir, tus alas se han caído, y ahora son alacranes.
Me poso sutil sobre el río en busca de otra Orquídea venenosa. Ya te veo Criptorquidea, y serás mía, inyectaras tu savia en mi antebrazo. Subes la liga de goma por mi codo, para ayudarme.
Vienen los Caimanes, flotando en estaño. No llego, ven tu a mi, ven flor de cobre!!
Ya llegaron los caimanes, nada puede hacerse. Me envuelvo con mis alas y me transformo en amapola. Y me voy en un capullo de oscuridad, me quedo en el Ùtero Eterno. Y me voy.
Regresa, nunca vas a dejarlo.
Regresa, siempre vas a complacerlo.